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Siempre admiré a Arthur Kennedy

Siempre había admirado a Arthur Kennedy. Cuando testigos presenciales me informaron sobre su modo de actuar, mi admiración creció hasta el doble. Se trataba del «western» hispanonorteamericano rodado en España Munieta. Con Kennedy, Jeffrey Hunter y Diana Lorys. Es un «western» sin nombre, que me perdí, aunque tenía una razón, buena, para no haberme perdido.

Por lo visto, Kennedy, el actor de Massachussetts, estaba habitualmente borracho como una cuba (y el hecho de seguir bebiendo no aclaraba, para otros, la situación), mientras se colocaban las luces. En el momento en que el director llamaba a actuar a los actores, Arthur Kennedy se iba transformando.

Y cuando se daba la voz de «iAcción!», la transformación ya era total. No sólo Kennedy recordaba perfectamente sus diálogos, y adoptaba el comportamiento oportuno, «obedeciendo al guión», sino que el color terrososanguinolento del blanco de sus ojos y la flojera de las facciones desaparecían, junto a la extrema torpeza de los movimientos y de la voz. Pero cuando se oía «iCorteni», el veterano de Broadway se volvía a caer. Tal disciplina, habída probablemente en la segunda parte de su carrera y sostenida en la tercera -«italiana», es más admirablecuando sus actuaciones en estos periodos, si no son memorables (salvo la de dipsómano en Arma de dos filos), sí son impecables.

Las interpretaciones de este actor nacido en Worcester en 1914 habían sido magistrales. Se puede preferir a su Cole Garret de Horizontes lejanos, de Mann. También se puede preferir al periodista agnóstico de El fuego y la palabra. Wes Werritt fue tal vez su mejor papel. En The Lustry Men, de Nicholas Ray, Wes, que sueña con una vida estable en un rancho. En ídolo de barro es el cojo prudente y honesto que intenta frenar a su hermano (Kirk Douglas) en sus delirios de grandeza. También en La encubridora o Lawrence de Arabia, cuyo papel parecía derivado del de El fuego y la palabra. Con Kennedy desaparece otro de los seis o siete primeros segundos actores del cine de Hollywood.

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