El inicio de los televisores de alta definición

Tres días después de anunciar la «dimisión» de su presidente, Cornelis Van der Klugt, el grupo holandés Philips ha firmado un acuerdo con el francés Thomson para desarrollar la televisión de alta definición, o televisión del año 2017.

Con este acuerdo firmado por Jean Timmer, el nuevo presidente de Philips, y Alain Gómez, el presidente de Thomson, las dos empresas dedicarán durante los próximos cinco años cerca de 360.000 millones de pesetas para el desarrollo de esta nueva tecnología.

Se trata de contrarrestar la ofensiva japonesa en un sector que puede representar, según los expertos, un mercado de 100.000 millones de dólares entre el año 2.000 y el año 2.010. El standard europeo desarrollado por las empresas europeas del sector es más barato que el standard japonés. Pero, los japoneses tienen la ventaja de haber desarrollado antes su standard, el MUSE, que tiene una definición de 1.050 líneas frente a las 525 de la televisión actual. El sistema europeo tiene una definición de 1.250 líneas y es más barato que el japonés. La empresa holandesa pondrá algo más del 50% del total, y Thomsom pondrá el resto con una ayuda estatal que todavía está por determinar.

Philips es el segundo productor mundial de televisores, detrás del japonés Matsushita; y Thomsom es el cuarto fabricante por detrás de la multinacional Sony. Este importante acuerdo llega en un buen momento. La semana que viene el Comité Consultivo Internacional de Radiodifusión (CCIR) se reúne en Düsseldorf (Alemania). Todavía no se sabe si en esta reunión se decidirá el standard que será aprobado a nivel mundial para la televisión de alta definición. Nadie quiere perder el tren de la televisión del año 2.000. Los intereses económicos en juego son enormes.

El acuerdo firmado con Thomson tiene una doble lectura. De un lado, el gigante holandés asegura su participación en un mercado con unas excelentes perspectivas de crecimiento a corto plazo y, de otro, desde el punto de vista empresarial, demuestra una enorme capacidad de reacción para salvar una crisis que acabó con el salida del ex presidente del grupo electrónico.

Precisamente Cornelis Van der Klugt, en unas declaraciones exclusivas realizadas a France Press, ha rechazado en Bruselas las acusaciones de «neglicencia» en su gestión vertidas contra él durante los últimos días por altos cargos de la firma holandesa. Van der Klugt manifestó que «las acusaciones no tienen fundamento alguno». «Yo no he sido ni incompetente, ni ignorante, ni negligente» en la gestión de Philips, añadió.

El grupo Philips anunció el pasado lunes que Van der Klught sería sustituido el próximo mes de julio, un año antes que el previsto, por Jan Timmer, actual presidente de la «rama» de productos electrónicos. Van der Klugt ha minimizado la crisis por la que atraviesa la compañía holandesa, que ha registrado unos beneficios muy inferiores a los previstos durante el primer trimestre de este año. El valor de las acciones de la compañía ha sufrido también una devaluación de hasta un 30% desde enero.

Según el ex presidente, es la primera vez que esto ocurre en la empresa durante los últimos años, sin que sea motivo tampoco de preocupación. El ex presidente de Philips había anunciado la necesidad de poner en marcha una serie de medidas dentro de la propia organización, que afectarían concretamente a las secciones más débiles de la empresa, relativos a ordenadores y circuitos integrados. Van der Klugt confirmado, por otra parte, a la presidencia de la Asociación para la Unión Monetaria Europea, que acoge a los partidarios de una única moneda europea, ha afirmado que había tomado la decisión de retirarse.